El proyecto ‘ProCamélidos’, financiado por el Fondo Internacional del Desarrollo Agrícola de Naciones Unidas (FIDA) y el Gobierno de Bolivia, ha sido galardonado por el máximo órgano de esta agencia de la ONU en los Premios de Género entregados en Roma (Italia), por el protagonismo que da a las mujeres que crían y procesan productos de estos animales.
Con estas inversiones se da un «valor añadido» al ‘charque’ (carne seca de llama), a la lana y a otros productos derivados de los camélidos, una familia animal a la que pertenecen también los guanacos, vicuñas y alpacas, además de camellos y dromedarios, explicó a EFE el coordinador del proyecto, Roberto Bonifacio.
El ‘charque’ es además un alimento rico en nutrientes que ayuda a paliar la desnutrición en zonas donde la pobreza impide una alimentación adecuada en la población debido a la aridez de los terrenos, que a su vez los convierten en el medio ideal para la cría de estos animales.
«Este plan dota desde 2018 de infraestructura y apoyo técnico a mujeres que se dedican a la cría de camélidos», y que beneficia además a 25.000 familias bolivianas, relató.
Desde inversiones para construir pozos de agua o alambradas para los cercos donde habitan los animales hasta formación para las mujeres, esta iniciativa cuenta con una inversión de 38,76 millones de dólares que aportan tanto el FIDA como el Gobierno de Bolivia y los gobiernos locales de las zonas donde trabajan estas mujeres.
Una aportación que contribuye a su empoderamiento gracias a la independencia económica que consiguen: «Las mujeres logran así generar una economía para sus casas y ser independientes», sostuvo Bonifacio.
«Queremos resaltar el valor de la carne de llama a nivel mundial», señaló, por su parte, Ortensia Quispe, una de las beneficiarias del proyecto y trabajadora de la Asociación San Leito, empresa de procesado de carne de llama que actúa en toda la cadena productiva, desde el despiece al empaquetado en la pequeña localidad de Santiago de Machaca, al este de Bolivia.
Quispe explicó a EFE que, gracias a las inversiones de este proyecto, pudo acometer mejoras en las infraestructuras de la empresa, en la que trabajan 7 mujeres y 3 hombres, que se tradujeron a su vez en una bajada de los costes de producción.
«Antes trabajábamos 4 o 5 personas y todo se hacía a mano. Con la maquinaria tenemos un producto mejor a un costo más barato», aseguró.
Estas mejoras en la cadena productiva y en la calidad de los productos, explica Quispe, también han beneficiado a la comunidad a la que pertenecen, que se dedica prácticamente en su totalidad a la cría y procesado de productos provenientes de las llamas, favoreciendo el consumo y la economía local.
En 2024, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) celebra el Año Internacional de los Camélidos con el objetivo de dar a conocer e impulsar el consumo de los productos derivados de estos alimentos.